Configuración utilizada en guitarras entre 1870 y 1946 aprox.

Hasta mediados del siglo XX, las únicas cuerdas disponibles para guitarra eran simples para tréboles y enrolladas en el núcleo de seda para bajos. Su rendimiento acústico era bastante diferente al de las configuraciones modernas. Se caracterizó por una marcada presencia y brillo tonal, típico de las cuerdas tripales agudas (ciertamente superiores al nailon liso y más cercanas a las cuerdas de fluorocarbono, en cierto sentido) mientras que, por otro lado, los bajos enrollados de cobre plateado tenían una calidad vocal exquisitamente, es decir, con menos sustain, con un sonido más centrado en los armónicos fundamentales, y no tan brillante como las cuerdas enrolladas modernas en núcleos de nylon.Disponible en solo un grado de tensión, este conjunto recrea el escenario histórico típico exacto del período de Llobet y Tàrrega, mediante el uso de cuerdas de tripa barnizadas para los agudos y bajos enrollados de núcleo de seda, como afirma Pujol en su “Escuela Razonada de la Guitarra” de 1934. El tripa utilizado para los agudos es rígido y muy suave, una copia exacta de un agudo de guitarra utilizado por Andrés Segovia que estudiamos.